El periplo sevillano (I)

Ya sabes (y si no te lo digo ahora) que el I Festival Hijos del Agobio nació como un «daño colateral» de la «Gran KDD Sevillana del Foro HdA». Los foreros teníamos ganas de conocernos, de vernos las caras y ponerle rostro a tantos vientos, luces, trianas, misses, sombras, rodways… y otros nick que andan por aquí. Y claro, como no nos podemos quedar quietos, pues vamos a invitar a unos amiguetes a tocar ¡Nada! Cosillas sin importancia: Juan Delola, Mendigo, Arábiga, Taifa, Sin Rencor, Calle Silvio. ¿Lo ves? Y ya la tenemos liada. Una sala, carteles, concierto… una movida de dos pares de c… En fin, ya sabes como somos ¿no?. Pero tranquilidad, cada cosa a su tiempo.

Mis impresiones… ¡Ufff! ¿Has dicho algo?

Es difícil, muy, muy difícil plantearse resumir en un pedazo de pantalla con letras todo lo que uno puede vivir en un día. Desde que llegué al hotel por la mañana, hasta que me conseguí acostar a las 5 del día siguiente, fue todo pasarlo bien sin parar; comprobar que lo poco que uno sabía de una persona, en realidad no era nada comparado con lo que percibias de ella en persona; que si éste o aquel son unas personas cojonudas, las que acaban de presentarte, también.

Formamos un grupo heterogéneo pero que parecía que nos conocíamos desde hace mucho años.

Puedo hablar de ilusión, risas y alegrías, de emociones muy fuertes, de un sueño de amigos, de verdades, de cariño, pero sobre todo quiero hablar de admiración y agradecimiento… a todas aquellas personas que he conocido en estos dos imborrables días os doy las gracias con todas las ganas de este mundo. Como dije al principio me voy de Sevilla con una gran emoción y una pena dentro de mi, dicen y creo que es algo así y que seguro habéis escuchado alguna vez,de que “el que a Sevilla va,deja allí su corazón”, es verdad, lo aseguro, porque el mío se ha quedado en las calles del barrio de Santa cruz, en las calles de Triana, en sus árboles y palomas, en la giralda, en sus gentes, en sus rincones, en el aire de Sevilla, y mi alma flota para siempre en el Guadalquivir; con gente como ustedes el rockandaluz, la historia de TRIANA, su luz, jamás se apagará, gracias amigos, un millón de gracias SEVILLA.

La luz de Triana

Esto, me consta, no está escrito porque sí. Si Luz de Triana lo dice, lo ha sacado del corazón. Y si no, observa como se quedó, junto a Monchi, la primera vez que vieron la orilla de Triana (¿qué os creíais, que se me iba a pasar?)

Pero antes habían ocurrido muchas otras cosas. La primera visita fue para la Glorieta de los Lotos, mítico sitio del parque sevillano donde presumiblemente empezó toda la movida andaluza-rockera de los 60’s. Allí, a más de uno se nos clavó algo, o más bien, se nos removió algo en la memoria. A mí me pareció escuchar a unos chavales castigar a las guitarras, pero cuando me volví, solo vi a un jodido pato que parecía el dueño de aquello.

Y gracias a la Facción Sevillana-Sevillista, Los 6 de la Mañana (que en realidad éramos 12) visitamos otros sitios con solera y dio tiempo para la foto de recuerdo…

…aunque nuestra cabeza ya estaba en el barrio de Santa Cruz. Así que aquí nos tenéis dispuesto a la faena: Miss Dark Black, Monchi, Luz de Triana, Icebergbarna, Nervión y un servidor.

¿Y qué te puedo contar de ese barrio mágico? Mejor que lo cuente nuestro Nervión:

El callejón del Agua, las calle Pimienta, Vida o Judería fueron testigos del deambular de estos “locos” por el rock andaluz llegados desde lugares tan dispares como la Villa y Corte, la sombra del Teide, la colina de Gasteiz o desde la vera de una de las columnas de Hércules. A todo esto ya tocaba una parada de avituallamiento y así lo hicimos en la bella Plaza de la Alianza, donde pudimos degustar unas tortillitas, que no tortillas Monchi, de bacalao y camarones con su correspondiente cerveza. Tras la parada continuamos y ahora sí, ahora el paisaje se volvió tremendamente familiar y las emociones comenzaron a brotar como si de una fuente se tratara, una fuente en la que más de uno de nuestros amigos llevaba esperando beber desde hace unos treinta años y doy fe que cumplieron su sueño. ¿Siguen bien esos estómagos? Espero que sí y qué decir de sus caras, eran calcadas a la de los niños en una mañana de seis de enero.
Nervión

Así que nuestros pies pasaron casi de puntillas por estos sitios, como si no hubiera nadie paseando por estas calles y por estos rincones. Y sí, al final también bebimos de la misma fuente.

Los jardines nos sombrean hasta el callejón del agua, entre Rossini y Lole y Manuel, puerta de Santa Cruz, callejuelas serpenteantes y la vida apresurada de emociones, ¡¡esta es, esta es!!, inquietos los espíritus cargando entusiasmos y a cuenta gotas las imágenes, una curva un impacto, después de cada arco, postales. Un descanso para afianzar la Alianza, cerámicas sevillanas que ya no están, otras aparecen y en un giro Doña Elvira y su pila surtidora de agua, ahora más salobre, que la lágrima es fácil y brota, borbotones de espera… sueño cumplido. Un vino bien fresquito, de Sanlúcar, que aún queda trecho, entrada en Santa Marta y a su salida el alminar de Sevilla galantea su hechura ante tanto retratista, un paseo y el Paseo, la Maestranza ondea banderas, tarde de corrida y cruzando el Puente, de Triana a Sevilla y de vuelta no hay otro, el Altozano nos abraza y aposenta a la verita del río ¿qué comemos?… “pescaítos”.
Los “Hijos del agobio” vamos creciendo en el arrabal y, como su nombre, estampa Viva, compañero del camino hecho, también van creciendo los Rodway, éste de la bahía, y nos refresca una brisilla del Sur desde más allá de despeñaperros con su compañera boquerona, ¿qué fumamos?… ¡¡trompetas tío!!. Castilla de Esperanza y en el muro de Santa Ana, la “pará” de elixires y licores.

Icebergbarna

Iceberg lo narra ya..con Tinta de «Oro»..solo Añadir que para Mi ese Paseo fue auténtica «Poesía»..A la vez que disfrutaba de la «Maravillosa compañía que tenia..

Mis sentidos..»Volaban»querían «Atraparlo» Todo..»La Felicidad» se apoderaba de MI.. Me Enamoré de Sevilla..

Y Bebí del «Agua»..por Fin..después de de tantos años con ganas de realizar un Gran «Sueño»..se Cumplió..

Monchi

Y así, entre sensaciones, recuerdos y sentimientos cumplidos nos fuimos deslizando hasta la otra orilla del río. Salimos de Sevilla y entramos en Triana ¿Alguien se acuerda de haber cruzado un puente?

Allí, los Hijos del Agobio se multiplican con refuerzos que aparecen casi de improviso. Menos maaaaal que ya habíamos acabado con las tapitas, je, je (Gualberto, te echamos de menos)

Viento del Sur, Erodway, Triana Viva se unen al grupo, así que ya somos suficiente para cortar una calle… de Triana.

Entre charlas, risas y paseos por estas memorables calles con sus sonoros nombres, dejamos transcurrir la tarde hasta la hora del concierto.

Pero eso va a ser otra historia.

La gente de las peinetas no venían con nosotros, pero ¿a que están simpáticas?

Continuará…