Vaya polvareda que has levantado las opiniones de Kiko Veneno. Me imagino que Kiko no se esperaba esta reacción de Ceuta. Pero eso le pasa por no acordarse a tiempo de lo que verdaderamente importa en todo esto.
Mucho se está escribiendo sobre sus conocimientos geográficos e históricos, sobre su derecho a la libertad de expresión, sobre las posibles cacicadas de algunos políticos… etc, etc. Pero todavía no he visto escrito algo sobre lo que verdaderamente debe interesar.
Lo primero de todo es dejar claro que nadie se ha molestado en interferir sobre la libertad de expresión del músico. Kiko dijo lo que dijo, lo dijo libremente y nadie le puso una cinta americana en la boca.
Kiko (afortunadamente) es un ciudadano de a pie y expresó sencillamente su OPINIÓN sobre un tema, tal y como todos podemos hacer desde hace más de 30 años ya. Y eso gracias a que en este Estado impera un marco legal que lo garantiza. ¿Alguien está en contra de esto?
Otra cosa es que esa opinión esté basada en unos conocimientos sociales, geográficos, ideológicos, históricos o políticos erróneos, incompletos o diferentes a los que manejamos los demás (cosa por otra parte nada extraña dado el grado de estupidez al que estamos llegando la Humanidad en los últimos tiempos, pero que no viene al caso ahora entrar en esto).
Ha sido muy desafortunado comparar la situación de unos territorios que llevan unido a la historia del Estado español tanto o más otros que nadie cuestionan, con otro territorio, Gibraltar, que desgraciadamente goza de estatus de colonia en el siglo XXI y que ha surgido del regalo de una corona (la española) a otra corona (la inglesa). Territorio, por otro lado, que siempre ha sido, es y será parte de Andalucía, independientemente de la corona que le cobre los impuestos.
Así que, resumiendo, Kiko expresa su opinión en un tema que ofende a mucha gente, recapacita y ofrece sus disculpas por escrito a continuación. Por lo que a mí respecta, el tema está zanjado.
Naturalmente queda ahora el asunto de los medios más o menos partidistas y el de algunos aspirantes al Clan que utilizan el tema para rapiñar votos o desgastar al contrario en ese juego infantil del “ahora yo y luego tú” o el de “y tú más” de aquellos que suspiran por un bipartidismo a la americana y por una democracia descafeinada y lo más corta de café posible.
El problema está en que un organismo público suspende el concierto a raíz de esas declaraciones, y claro, prohibición, mordaza, censura… son algunos de los piropos que se gastan con sus responsable. Pero… pasan por alto un pequeño detalle; lee las declaraciones de la persona responsable (la negrita es mía):
Más que indignación, no podía creer lo que estaba escuchando, por lo que me puse en contacto con EL PUEBLO para confirmar que esas declaraciones eran del propio cantante. Tras ratificar que se habían hecho por la mañana, me puse en contacto con la empresa con la que tenemos adjudicado el contrato para presentar el concierto y, al contarle las declaraciones, decidimos conjuntamente proceder a la anulación del compromiso que manteníamos suscrito y acordamos que Kiko Veneno hoy no actuase en Ceuta.
http://www.elpueblodeceuta.es/201102125207.html
¿Te das cuenta cuál es el auténtico problema? Efectivamente: la intrusión de lo público en los negocios que tenían que ser exclusivamente privados.
La cultura esa de la que hablan tanto últimamente sindes, sanzs y sgaes está tan llena de dinero público que ha perdido su auténtica finalidad y se ha convertido en parte de las maniobras orquestales del político de turno, perdiendo con ello su C mayúscula y pasando a ser un circo más de los tantos que hay.
Kiko Veneno tenía derecho a enfrentarse con su público. A correr el riesgo de que le abucheen (o no). A dar sus explicaciones en vivo, cara a cara. A correr el riesgo de no poder cantar (o sí) allí, sobre las tablas.
Y entonces hubiera resultado un Concierto (con C mayúscula) que todos hubieran recordado a lo largo del tiempo. Que hubiera pasado a formar parte de nuestro acervo cultural, de nuestra Cultura (con C mayúscula).
Pero no pudo ser. En los tiempos de “lo políticamente correcto» (aunque cada vez más manido y flácido, el término), las expectativas de ganar dinero o votos es más interesante que trabajar por una sociedad formada por una ciudadanía culta.
Y ya que ha salido la ciudadanía ceutí… ¿alguien la ha mencionado en todo esto? ¿no? Pues resulta que al fin y al cabo es la única que tiene derecho a decidir el futuro de su tierra. Ni usted, ni yo, ni el resto de los seis mil millones de habitantes de este planeta tenemos el derecho a meter un papelito en una urna para decidir su futuro. Y no lo tenemos por una razón muy sencilla: no vivimos allí. Y sin embargo ¿alguien les ha preguntado que piensan? Pues…
ESO ES LO QUE VERDADERAMENTE DEBERÍA IMPORTARNOS.